El arte del tacto consciente...

El masaje ha sido desde tiempos ancestrales una forma de acercamiento y sanación de muchas dolencias tanto físicas como emocionales; en el mundo Occidental hoy tenemos conocimientos acerca del efecto de estos tratamientos en el cuerpo y la mente gracias a la tecnología. Pero esto no hace más que corroborar lo que mucho tiempo atrás ya tenían conocimiento las personas que se centraban en el arte del tacto.

El Tantra, especialmente la tradición Kaula le da una gran importancia al cuerpo, siendo este la manifestación carnal de divinidad, empleándolo para alcanzar estados elevados de consciencia.

Dentro de sus prácticas encontramos el masaje tántrico que emplea las bases de respiración y movimiento consciente para activar las zonas erógenas, los nadis o canales sutiles y junto a ello despertar la energía sexual o Kundalini que reside en el centro sexual, para que pueda ascender por sushumna hasta su encuentro con Shiva en la glándula pineal.

El masaje tantrico puede ser una gran herramienta para volver a habitar el cuerpo a través del placer.

La diferencia del masaje tàntrico reside en la importancia de la respiración y el movimiento consciente de la energía, sumado al tacto vacío de intención.

Se diviniza la sexualidad, tratando esta como la forma de unión, creación y consolidación de los seres vivos en el plano material. Así pues en las sesiones honramos el cuerpo como un templo carnal, ayudando al ser que lo reside a respirar la sensación que se despierta en cada parte de si, y la emoción que va asociada; liberando al cuerpo de tensiones físicas y bloqueos que puedan residir en la memoria corporal.

En última instància se crea la quietud orgánica; y es que el observador que reside en la mente se centra únicamente en lo que está sucediendo en su microcosmos, su energía. Esa es la conexión entre consciencia y energía, el eterno baile entre Shiva y Shakti.